“Cada día me interesaba más por la historia natural. Empecé a advertir no sólo la belleza, sino la super inteligencia que se evidenciaba tras la estructura del mundo que el hombre había heredado. Me dediqué a frecuentar los bosques, las montañas y las abiertas playas, siempre que me era posible, y me sentí escéptico frente al rumbo emprendido por una civilización que pretendía disociar del medio natural a los hombres. ¿No estábamos cometiendo una locura?”

Thor Heyerdahl, explorador.